Lluís Vilagran: "El florista debe convivir con el Mercado"
Entrevista a Lluís Vilagran, presidente del Gremio de Floristas de Cataluña
Desde el Gremio, ¿cómo valoráis este primer año y medio en el nuevo Mercado?
De forma muy positiva. Hemos ganado en amplitud y comodidad a la hora de hacer las compras, en plazas de aparcamiento y en oferta, sobre todo en planta y complementos. Incluso, desde el Gremio hemos apostado por ubicar aquí nuestra sede y, así, estar más cerca de nuestros agremiados.
¿Qué piensan de los servicios que ofrecen los mayoristas?
Creo que son suficientes. Aún así, el florista es cada vez más cómodo y demanda servicios como el transporte a domicilio o la compra por Internet. Esto está bien como complemento, pero pienso que el florista debe venir al Mercado, convivir con él, ver en vivo el producto que compra. Esto no debe perderse, porque si todos dejamos de venir a comprar a los Mercados, estos morirán y, si esto pasa, los floristas iremos detrás.
¿Cree que es positivo el horario actual del Mercado?
Sinceramente, creo que es demasiado amplio. El florista sigue viniendo a la hora de siempre, a primera hora de la mañana. Venir a partir de las 10h sólo lo pueden hacer las floristerías grandes, con personal, pero la gran mayoría, que tienen una estructura más pequeña, no se lo pueden permitir.
¿Han cambiado mucho los floristas en los últimos años?
¡Mucho! Antes los floristas éramos más autodidactas, ahora tenemos un colectivo más profesionalizado, con personas muy preparadas, escuelas de formación, etc. Y, la forma de comprar también ha evolucionado. Hace unos años, se compraba más cantidad. Hoy, en cambio, en Cataluña tenemos entre 2.000 y 2.500 floristerías, el doble de hace veinte años, y la gran variedad de oferta ha hecho que el florista trabaje más al día, comprando en función de las necesidades de cada momento.
Y la crisis. ¿Cómo les está afectando?
Se está notando mucho. El consumidor prescinde de todos aquellos productos que no son de primera necesidad, y este es el caso de la flor y planta. A esto debemos sumarle que estamos en un país dónde el consumo de flores y plantas es de los más bajos de Europa. Aquí todavía tenemos poca tradición de comprar flores para casa y sólo compramos para algunas ocasiones concretas.
¿Esto está haciendo que se cierren floristerías?
Yo siempre digo que las floristerías que han cerrado por la crisis son las que ya iban mal. Son aquellas regentadas por gente que no es profesional del sector, sin formación y que, por lo tanto, son incapaces de dar valor añadido al producto. Y el consumidor cada vez es más exigente y no compra cualquier cosa.
Por lo tanto, veis con buenos ojos iniciativas como las demostraciones florales que se hacen en Mercabarna-flor...
Todo lo que suponga dar más formación y nuevas ideas es muy positivo. Y creo que los floristas deberían participar más en este tipo de actos.
¿Qué se puede hacer para incrementar el consumo de flor y planta entre los ciudadanos?
Debería empezarse por hacer pedagogía de estos productos en las escuelas y acercar a los niños las diferentes variedades de flor y planta, la forma de cuidarlas, etc. En este sentido, por suerte, ya se empieza a notar un cambio de tendencia entre la gente joven. Son más consumidores, pero tenemos que conseguir, como mínimo, que la flor y la planta sean productos de consumo semanal, tal y como pasa en el norte de Europa.
¿Cómo ve el futuro del sector?
Lo veo muy bien. Estamos en un negocio con mucho futuro, porque si lo tiene en el resto de Europa, aquí ¿por qué no? Estoy convencido que cuando pase la crisis volveremos a coger el hilo y, en los próximos 5 años, el sector crecerá.