Ayúdalos con tus excedentes de producto fresco
La actual coyuntura económica está agravando un problema que, de hecho, existe desde siempre. Es el problema del hambre. En este caso, no es una realidad lejana, que sólo afecta a personas que viven en la otra punta del mundo, sino que es un problema que tenemos aquí al lado, con el que convivimos a diario y que afecta a personas de nuestro entorno.
Desde el verano pasado, momento en qué irrumpió la crisis, entidades benéficas como comedores sociales, parroquias, centros de acogida, etc. ven como, día a día, aumenta el número de personas que acuden a ellas buscando alimentos. Y es que a los ‘rostros’ habituales de estos centros (gente mayor, sin techo, inmigrantes, etc.), ahora se están sumando familias en las cuales uno sus miembros (o los dos) se han quedado sin trabajo y, por lo tanto, sin recursos para cubrir sus necesidades básicas.
Hace tiempo que estas entidades tienen serias dificultades para ofrecer alimentos a todas las personas que los solicitan. Y esto, de rebote, también está afectando a las asociaciones solidarias que les proporcionan alimentos: la demanda crece pero las donaciones se están estancando.
Es la situación en la que hoy se encuentra el Banco de los Alimentos. Una fundación sin ánimo de lucro que lucha contra el hambre de aquí, recuperando los alimentos que no son comercializables (excedentes de producción, defectos de envase, etc.) pero sí que son consumibles, y los distribuye entre las entidades que ayudan a personas necesitadas de Barcelona y su área metropolitana.
“La demanda de alimentos se ha incrementado alrededor del 25%. En 2008 unas 57.000 personas se beneficiaron de los alimentos que da el Banco. Este año calculamos que serán más de 73.000”, apunta el presidente de la Fundación Banco de los Alimentos, Antoni Sansalvadó.
El almacén central del Banco, ubicado en la Zona Franca, es un reflejo de esta realidad. El goteo de furgonetas de entidades que vienen a por alimentos es continuo, los estantes dónde se almacenan los productos se vacían con facilidad y, en las oficinas, el trabajo se centra en conseguir que más empresas agroalimentaries den productos y, las que ya colaboran, incrementen sus aportaciones.
Una llamada a la solidaridad
Para el Banco de los Alimentos, Mercabarna es un centro esencial en cuanto a las donaciones. De hecho, el 18% de los alimentos distribuidos por esta entidad provienen de las empresas del recinto. Sin embargo, en el contexto actual, las aportaciones se están quedando cortas para cubrir la demanda. Por esta razón, Mercabarna, AGEM y la Fundación Banco de los Alimentos han puesto en marcha una campaña de información y sensibilización entre las empresas mayoristas del Mercado de Frutas y Hortalizas con el objetivo de incrementar las donaciones de productos excedentarios.
“Hacemos la campaña porque creemos que Mercabarna tiene un gran potencial de crecimiento, sobre todo, por la gran cantidad de empresas que se concentran en el recinto”, asegura el presidente del Banco de los Alimentos.
Pero Mercabarna no es sólo importante por el volumen de alimentos que da ( o puede llegar a dar), sino por la tipología de producto. “Los alimentos frescos son esenciales para la dieta de cualquier persona, pero también son los más difíciles de conseguir. Por eso, las aportaciones de las firmas de Mercabarna son tan importantes”, continua Sansalvadó.
Una obra social
La campaña se centra en informar a los mayoristas del Mercado sobre la tarea que realiza el Banco de los Alimentos, incidiendo en las ventajas de colaborar con una iniciativa de estas características. En este sentido, Casimiro Llorens, presidente de AGEM, resalta el ‘beneficio’ social que supone aportar productos al Banco. “Explicaremos a los mayoristas que, si en lugar de tirar al contenedor o de llevar al Punt Verd las frutas y hortalizas que ya no comercializamos, pero que todavía están en buen estado para ser consumidas, las damos al Banco de los Alimentos estaremos ayudando a muchas personas que pasan hambre”.
Un objetivo solidario que ya hace unos cuántos años hizo suyo la empresa de Mercabarna Frutas Amalia, colaboradora habitual del Banco. “Antes de malvender o llevar al Punt Verde unos productos que aún son comestibles, prefiero entregarlos al Banco. Haces una buena acción en un momento en qué, además, tanta gente lo está pasando tan mal con la crisis”, asegura el gerente de la firma, Francisco García.
Otra empresa del Mercado que aporta productos regularmente es Mollá Hermanos, “Para nosotros sería mucho más cómodo llevar el producto sobrante todavía consumible al Punt Verd, que lo tenemos más cerca que el almacén del Banco. Pero pensamos que es mejor que lo puedan aprovechar personas que lo necesitan”, apunta el responsable de la empresa, Ramon Mollá.
Mollá explica que cuando tienen frutas y hortalizas que ya no comercializarán llama al Banco para avisarlos y, rápidamente, “me dicen cuando lo puedo llevar”. “No me supone ningún dolor de cabeza y es un proceso muy sencillo”, concluye Mollá. Además, el Banco ofrece la posibilidad de certificar las donaciones para hacer desgravaciones fiscales y justificación de mermas.
Te lo pasamos a recoger
El presidente del Banco de los Alimentos tiene muy claro que para potenciar la colaboración de las empresas, “a parte del trabajo de sensibilización, han de adoptarse medidas para facilitar las donaciones”. Por esta razón, a partir de ahora, el Banco pasará a recoger, por los puestos que lo soliciten, las frutas y hortalizas excedentarias. Este servicio se dará los martes y viernes, de 14 a 18h. Sin embargo, las empresas que quieran seguir llevando sus productos al almacén del Banco, lo podrán hacer como hasta ahora, de lunes a viernes, de 14 a 18h.
El gremio de mayoristas valora positivamente esta iniciativa ya que “hará que muchas empresas que hoy no colaboran, porque están lejos del almacén del Banco, ahora si que lo harán”, apunta Casimiro Llorens.
Y es que, en una encuesta realizada por Mercabarna durante el mes de febrero entre los mayoristas del Mercado, el 42% de las firmas afirmaban que donarían más si el Banco pasase a recoger los productos por su puesto en el Mercado. La encuesta también revelaba que la proximidad al Banco de los Alimentos es un factor muy importante, ya que el grueso de empresas que dan se concentran en los pabellones más próximos al Banco.
A principios de mayo, unos informadores -los mismos que hicieron esta encuesta – se encargarán de pasar por los puestos del Mercado informando sobre la campaña a los mayoristas.
520 toneladas de producto fresco al año
El Banco de los Alimentos tiene desde hace seis años un almacén, cedido por Mercabarna, dentro de la Unidad Alimentaria. En este espacio, de 175 m2, se reciben los productos frescos que, después, se distribuyen entre las entidades benéficas. “La rápida caducidad del producto fresco nos obliga a tener una logística muy ágil. De forma que intentamos que el mismo día que tenemos el producto, ya haya una entidad que lo venga a recoger”. Hoy, hay unas 100 empresas del recinto que colaboran con el Banco de los Alimentos, de las cuales sólo unas 50 aportan productos de forma habitual. El resto lo hacen esporádicamente a lo largo del año. En total, al año, se recogen unas 520 toneladas de producto fresco, mayoritariamente de frutas y hortalizas.
De pescado, las empresas del Mercado Central del Pescado a través del Gremio de Mayoristas (GMP) dan unas 30 toneladas al año. Aún así, este producto es todavía una asignatura pendiente. “Hay una predisposición muy buena – apunta el presidente del Banco de los Alimentos -por parte del gremio y de las empresas del Mercado del Pescado para aumentar las donaciones. El problema es que se requiere una logística de frío específica y bien preparada para el tratamiento de este producto fresco tan delicada”.
21 años luchando contra el hambre de aquí
El Banco de los Alimentos, fundación sin ánimo de lucro que lucha contra el hambre en nuestro entorno, abrió su primera sede en el país en Barcelona, en1987. Esta entidad, dónde trabajan 65 voluntarios, tiene su sede central en la c/ Motors, 122, en la Zona Franca, y dispone de un almacén en Mercabarna, en la c/ Longitudinal 2 con Transversal 14, en frente de la guardería. Al año, reparte 7.000 toneladas de alimentos entre 230 entidades benéficas que llegan a unas 73.000 personas necesitadas de Barcelona y cercanías. Actualmente, unas 300 empresas agroalimentaries colaboran con esta entidad.