Entrevista a: Albert Espinosa, autor y director del cortometraje "Pitahaya"

Director, guionista y actor de cine, teatro y televisión y autor de numerosos libros. Poca presentación precisa Albert Espinosa (Barcelona, 1973). Reconocido aquí y, cada vez más, a todo el mundo, tiene ese don de convertir en éxito todo lo que hace. Ahora con "Pitahaya" hace su primera inmersión en el mundo de los cortometrajes. Una historia con el sello Espinosa, humana, intimista y tierna, que transcurre por un escenario tan único y singular como es Mercabarna.

P- ¿Por qué escogió Mercabarna como escenario de su primer cortometraje?
R- Creo que es un espacio con una magia propia, la magia de un lugar donde cada rincón es diferente. Tiene el encanto de la diversidad.

P- Antes de rodar el corto, ¿conocía Mercabarna?
R- No había estado nunca en Mercabarna, y la primera vez que vine me alucinó.

P- ¿Qué le alucinó más?
R- Que es un lugar que no se detiene nunca, que está abierto día y noche, la energía que hay, el volumen de productos que se venden cada día, la variedad de mercancías... Bueno, en realidad, ¡me sorprendió todo en general!

P- ¿Cómo nace este corto?
R- Es una idea que tenía en la cabeza desde hacía tres años. Quería contar la historia de un niño que se perdiera en un lugar inmenso y eso le hiciera encontrarse a sí mismo. Pero una de las cosas que me faltaba era encontrar ese lugar...

P- ¡Hasta que descubrió Mercabarna!
R- Estuve durante dos semanas conociendo los diferentes espacios Mercabarna y uno de los días vi a los niños de una escuela que participaban en la campaña "5 al día". Pensé que todo podía encajar con la historia que quería contar. Tenía la historia, el lugar y los actores, ¡el trío perfecto!

P- Hábleme un poco de la historia del corto.
R- Es un niño de diez años que durante una visita a Mercabarna con su escuela, se pierde por el recinto y se encuentra con el personaje que interpreta Francesc Garrido. Realmente se crea una situación extraña, un adulto que se encuentra de noche a un niño y debe cuidarlo.

P- ¿Cuál diría que es el gran tema del corto?
R- El binomio entre valentía-cobardía y que, en el fondo, para ser valiente has tenido que ser primero un cobarde. También, habla de ese momento en el que a pesar de ser un niño tienes que tomar decisiones que son esenciales para tu vida y que te marcan para siempre.

P- ¿Qué destacaría de la experiencia de rodar en un espacio como Mercabarna?
R- Primero de todo, la gente que trabaja aquí, todos cooperaron muchísimo durante el rodaje. Además, mientras grabábamos en ningún momento se detuvo la actividad, lo que le da un toque de espontaneidad y realismo al cortometraje.

P- ¿Alguna anécdota?
R- Cuando llegó el momento de rodar en el Matadero, el niño protagonista se asustó con los animales y la sangre y decidió que no quería entrar. Nos costó un día y medio convencerle para que lo hiciera. Al final, como le ocurre al protagonista, superó sus miedos.

P- ¿Por qué el título de Pitahaya?
R- Uno de los días que paseaba por Mercabarna vi una y me enamoré, porque parece una flor y una fruta a la vez.

P- La música también juega un papel importante dentro de la historia, ¿verdad? R- Es una música compuesta especialmente para el cortometraje y creo que el compositor ha logrado captar el alma de la película.

P- El corto ha ganado uno de los festivales más prestigiosos del EE.UU. y está preseleccionado para los Oscar... ¿Cómo lo lleva?
R- Es una locura enorme. Estoy muy contento. Ojalá lleguemos a ser uno de los cinco finalistas en la ceremonia de los Oscar, pero ser uno de los 46 cortos seleccionados ya es un premio y un gran honor.

P- ¿Cree que Pitahaya ayudará a que la gente conozca mejor Mercabarna?
R- ¡Ojalá sirva! Porque esta "ciudad" nos alimenta y es un lujo formar parte de ella.