Mercabarna, capeando la crisis
Todos sabemos que la crisis económica está golpeando con fuerza a sectores como el de la construcción y el inmobiliario y, de rebote, a otras actividades como la automovilística o la restauración. Otros sectores también están sufriendo esta recesión económica pero están mostrando mayor solidez. Es el caso del sector alimentario y, en concreto, el de la distribución de producto fresco. En este sentido, Mercabarna se convierte en un termómetro inmejorable para determinar el estado de salud de este sector. A pesar de que las cifras de balance de 2010 arrojan descensos moderados en la comercialización y que las empresas del recinto viven momentos de incertidumbre, Mercabarna y las 700 empresas de su recinto han seguido demostrando su dinamismo.
Antonio Jiménez es uno de los directores de Frutas Tony, empresa de distribución de frutas y hortalizas ubicada en Mercabarna que provee unos ochenta supermercados y tiendas propias. A pesar de estar en plena crisis económica, esta firma ha cerrado el 2010 en números positivos. “Nuestro sector se está salvando por el momento. Creo que estamos aguantando porque el consumidor asocia comer frutas y hortalizas a una cosa necesaria para mantener una dieta sana”, apunta Jiménez.
Está claro que si el consumidor ha de optar por eliminar productos de su lista de la compra los últimos en salir serán alimentos como las frutas, las verduras, la carne o el pescado. Pero, aún así, durante el año pasado el freno generalizado del consumo también acabó teniendo impacto en el ámbito de los productos frescos.
Así lo expresa el pescadero Josep Lluís Gil, propietario de puestos en diferentes mercados municipales y comprador diario del Mercado Central del Pescado de Mercabarna. “Nuestros clientes gastan menos. Antes para hacer una paella gastaban 30 euros, ahora gastan 10”, explica Gil. Además, asegura que los clientes “vienen a comprar con unas ideas muy prefijadas y es muy difícil tentarlos con otros productos”.
Esta situación se ha traducido en Mercabarna en una disminución, moderada, de los volúmenes globales de comercialización a lo largo de 2010. En el caso del Mercado Central de Frutas y Hortalizas este descenso ha sido de un 7,5%, mientras que en el Mercado Central del Pescado ha sido de un 3%.
En cambio, el Matadero ha mantenido su actividad y ha producido las mismas toneladas de carne que en 2009. Un dato muy positivo, más si tenemos en cuenta que, tal y como afirma el gerente de la empresa cárnica especializada en vacuno y ovino Carns Catalana-Pallejà, José Cánovas, “debemos competir con otras carnes que son más económicas y que, a raíz de la crisis, se han impuesto entre los consumidores, especialmente el pollo”.
Sin duda, uno de los sectores de Mercabarna que está sufriendo de manera más acusada la crisis económica es el de la flor y es que, no olvidemos, que los productos que se comercializan no son de primera necesidad.
Más producto de proximidad
Uno de los efectos derivados de la actual coyuntura económica y que se ha percibido de forma significativa durante el 2010 ha sido la reducción del volumen de importaciones. El motivo principal ha sido el precio de estos productos que, generalmente, son más elevados por todos los costes logísticos que comportan. El ejemplo lo pone la empresa mayorista Fruits Ràfols que, con el objetivo de ahorrar gastos, ha importado menos frutas. “Hemos buscado la manera de optimizar los costes en transportes y, por eso, a lo largo del año hemos importado menos por avión y hemos decidido comercializar productos de proximidad”, corrobora el responsable de la firma Eduard Ràfols.
Aunque Mercabarna continúa siendo uno de los principales receptores de productos de todo el mundo, antes de la crisis, el volumen de frutas y hortalizas importadas era de un 38,6%, mientras que, el 2010, este porcentaje ha bajado un 4%. Más evidente es el caso del Mercado Central del Pescado, donde los productos importados suponían, en 2007, la mitad de todo lo que se vendía y este año han disminuido su presencia al Mercado un 7,5%.
Imaginación al poder
En chino la palabra crisis tiene otro significado diferente al que todos conocemos. Crisis significa oportunidad. Y esto es lo que muchos empresarios han visto en este periodo. Una oportunidad para comenzar nuevos proyectos y apostar por promover líneas de negocio que ya tenían en marcha. Vías alternativas, más allá de reducir márgenes comerciales y ajustar precios, que les estando permitiendo mantenerse en estos tiempos complicados.
Un ejemplo es la empresa de comercialización de pescado Consignaciones Aixa e hijos que han visto en la exportación una buena manera de conservar los volúmenes de venta. Lo explica su gerente, Jaume Pijoan, que afirma que “hemos trabajado más en las líneas de exportación que ya teníamos y hemos ampliado nuestro radio de acción a otros países del arco mediterráneo”. Otras, como la empresa de servicio a la restauración Guzmán Gastronomía ha decidido abrirse a un nuevo segmento de negocio e incorporar las colectividades (hospitales, prisiones, centros para mayores, etc.) a su cartera habitual de clientes, restaurantes y hoteles de alta gama. Así lo explicó su director general, Joaquim Arasanz, en el marco de una de las jornadas del Plan de Dinamización del Clúster Foodservice que se están celebrando en Mercabarna durante estos meses.
También hay quién ha apostado por incorporar nuevos productos a su oferta habitual. Es el caso de la firma de Mercabarna-flor Flors Catalunya. Tal y como explica su responsable, Toni Parra, “este año hemos empezado a vender planta. Esto me ha permitido ofrecer el servicio de transporte a domicilio a más clientes, ya que me hacen pedidos más grandes y así me sale a cuenta darles este servicio”, explica el empresario.
Tener espíritu emprendedor en los tiempos que corren no parece una tarea fácil e, incluso, alguien podría pensar que ampliar instalaciones, bien para ganar más clientes o bien para dar valor añadido al producto, es un proyecto arriesgado hoy en día. Sin embargo, ha habido empresas que durante el 2010 han decidido ganar espacio dentro de Mercabarna. Un ejemplo es Frigoríficos Ferrer, firma de distribución de pescado fresco y congelado para el canal foodservice, que se ha ubicado en uno de los frigoríficos del recinto. O, otras empresas que ya tenían su sede en la Unidad Alimentaria y que han reservado espacios dentro del Multiservicio III, la gran nave de Mercabarna que está a punto de inaugurarse en los antiguos terrenos que ocupaba el Mercado Central de la Flor y que servirá para albergar nuevas empresas.
Las empresas de servicios
Mercabarna aglutina en su recinto a una gran variedad de firmas de servicios, para empresas y usuarios, el funcionamiento de las cuales va muy ligado al comportamiento de las propias compañías. Por esto, establecimientos como la óptica, los restaurantes, la gasolinera o las empresas de compra-venta de vehículos industriales reconocen haber sufrido descensos en las ventas durante este año.
Aún así, quien más quien menos, ha buscado fórmulas para capear el temporal, haciendo ofertas, rebajas o manteniendo precios. “Por primera vez en 17 años he abierto en agosto”, apunta Francisco Villalba, encargado del quiosco, “así he compensado las ventas del año, que han sido muy flojas. Ahora la gente se lo mira mucho, ¡incluso para comprar un bolsa de pipas!”. De puertas a fuera, asegura la responsable del estanco, Núria Serena, en su sector la cosa está mucho peor. Por eso, mantiene que Mercabarna es “un puntal bueno” porque aquí, afirma, “todavía se mueve dinero”.